Las campañas de la DGT (Dirección general de tráfico) sobre la seguridad vial ya tienen gran trayectoria en el tiempo advirtiendo
y evitando accidentes en las carreteras. Desde los años 1960 hasta nuestros
días, siguen estando presentes estos spots
en nuestras televisiones, prensa y demás medios donde se desenvuelven. Han
cambiado mucho las campañas desde aquellos comienzos. A principios de los 60
las campañas se dedicaban a decirle a los espectadores: “Respeta las señales y
a los peatones”. Hoy en día ya no se hace tanta referencia a este tipo de
advertencias, ahora más bien hacen referencia al uso de drogas, alcohol o
sustancias que no son compatibles frente al volante. Ni frente al volante y sin
estar frente a él, pero la idea es no perjudicar negativamente a los demás en
lo que tú hagas.
Estos Spots de la DGT suelen ser muy impactantes para el espectador, usando en su mayoría
testimonios y también poniendo la peor situación de todas para concienciar al
ciudadano de que si no respeta las normas, cualquier día puede ser él. Generando
así un tipo de emoción en cada espectador, ya que no todos somos iguales, ni a
todos nos causará el mismo tipo de emoción, como hemos leído en “La educación
como industria del deseo” de Joan Ferrés.
También intentan
desenvolver en el espectador el factor “miedo”, para así ser prudentes y evitar
posibles incidentes o actitudes frente al volante. “El miedo nunca se olvida” lema de un juego de
terror. Me hace realmente dudar de si ese miedo puede ser a corto o largo
plazo. El miedo yo creo que sí se olvida. O por lo menos se suaviza con el
tiempo. Cierto es, que cada vez se tiene menos miedo, la sociedad se acostumbra
al miedo y por ello creo que estas campañas son tan agresivas. Porque son
conscientes del poco miedo de la sociedad del siglo XXI.
Vinculándolo con
“La educación como industria del deseo” de Joan Ferrés nos cuenta que en el
mundo de la educación los medios de masas pueden ser más efectivos que los
propios maestros en clase, sin embargo en temas de Seguridad para “un mundo
mejor” no lo creo, es decir, causa más impacto cuando a alguien de tu entorno o
cerca de él te dice que tuvo un incidente con el coche, con las drogas, con el
alcohol… que los propios medios. En pleno Siglo XXI con los avances, la facilidad
de vida que nos ofrecen las grandes tecnologías seguimos emocionándonos. Y no
creo que sea cierto que perderemos la capacidad de emocionarnos, de
empatizarnos con las personas como en el libro “Un mundo feliz” leído en el
primer cuatrimestre de Aldous Huxley. En el que intentaban controlar las
emociones de las “personas”, ya que más bien parecían robots.
Hemos perdido la sensibilidad frente a las
imágenes, el mundo se acostumbra cuando lo saturan de desgracias, imágenes
fuertes… En los telediario tenemos el ejemplo más claro, salen imágenes
horribles, que aun siendo impactantes ya nos hemos acostumbrado a ellas, heridos,
muertes, hombres, mujeres y niños sin apenas nada que llevarse a la boca en
países como África, guerras…
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